viernes, 29 de octubre de 2010

El apolo 11

 Apolo 11 es el nombre de la misión espacial que Estados Unidos envió al espacio el 16 de julio de 1969, siendo la primera misión tripulada en llegar a la superficie de la Luna. El Apolo 11 fue impulsado por un cohete Saturno V desde la plataforma LC 39A y lanzado a las 10:32 hora local del complejo de Cabo Kennedy, en Florida (Estados Unidos). Oficialmente se conoció a la misión como AS-506.
La tripulación del Apolo 11 estaba compuesta por el comandante de la misión Neil A. Armstrong, de 38 años; Edwin E. Aldrin Jr., de 39 años y piloto del LEM, apodado Buzz; y Michael Collins, de 38 años y piloto del módulo de mando. La denominación de las naves, privilegio del comandante, fue Eagle para el módulo lunar y Columbia para el módulo de mando.
El éxito de una misión espacial implica que los astronautas cuenten con una técnica fiable, una serie de conocimientos especializados, una buena forma física y cierta estabilidad psíquica.
Entre las secuelas fisiológicas más comunes tras las estancias extraterrestres se encuentran los trastornos del sueño, la debilitación del sistema inmunitario, algunas atrofias musculares, la erosión de huesos y la carga radiactiva, que provoca que, a mayor tiempo en el espacio, más aumente la tasa de mutación de los cromosomas del ser humano y, por tanto, el riesgo de cáncer.
La ingravidez repentina es la causa de la mayor parte de los problemas físicos en el espacio: mareos, falta de apetito, náuseas y vómitos, los cuales solo empiezan a remitir de 2 a 4 días después. Con todo, a largo plazo se presentan otros problemas derivados de la falta de gravedad; el más importante es la destrucción de masa muscular, que empieza a producirse apenas dos semanas después del inicio del vuelo, debe contrarrestrarse con un intensivo ejercicio físico por parte de los astronautas.
Otro problema frecuente es la hinchazón de la cara (en inglés, Puffy Face) en los primeros días en el espacio, debido a un exceso de sangre proveniente de los miembros superiores. Las repercusiones en la rigidez facial pueden ocasionar problemas de entendimiento con otros compañeros de misión.
En cuanto a las funciones cognitivas básicas (percepción, memoria y pensamiento lógico) se mantiene estables. Sin embargo, por lo que respecta al área psicomotora son perceptibles determinadas pérdidas funcionales: algunos movimientos voluntarios se ralentizan y se vuelven imprecisos, y la ejecución de tareas simultáneas se hacen más difíciles.
Psíquicamente, el aislamiento durante las misiones puede provocar un estado de astenia, sobre todo a partir de la mitad de la misión: pasividad en aumento, fallos de atención, sensación de agotamiento, irritabilidad, depresión, etc. Debido a esto, en la Estación Espacial Internacional se viene desde hace tiempo aplicando el llamado Human Behavior Performance Program con el objeto de combatir el aburrimiento y el aislamiento social. Entre los métodos utilizados se encuentran el poner a disposición de los astronautas películas, discos, páginas personales para relacionarse con la vida en la tierra, videoconferencias familiares y una conferencia psicológica privada cada dos semanas con un psicólogo en tierra.
En el nivel colectivo, las condiciones especiales de la vida en el espacio pueden provocar tensiones y conflictos. Además, las diferencias culturales pueden también generar problemas en el grupo.